El general en retiro descarta la figura de Rosario Murillo y sus hijos en una eventual sucesión en Nicaragua. La “copresidenta” responde con el decomiso de celulares y computadoras y una citación en comisaría
El diario La Prensa confirmó el asedio policial en contra de Ortega Saavedra horas después de que el portal Infobae publicara una entrevista con el general en retiro, realizada por el reconocido periodista nicaragüense Fabián Medina, quien está exiliado en Costa Rica. En la publicación, Ortega Saavedra expresó fuertes críticas contra la Administración de su hermano y su cuñada, sobre todo en lo referente a un tema especialmente delicado para la pareja presidencial: la sucesión dinástica que intentan poner en marcha, apuntalando como “delfín” a uno de sus hijos, el tenor Laureano Ortega Murillo.
“Daniel Ortega tiene 78 años. ¿Su muerte podría crear un vacío de poder en Nicaragua o usted ve activándose la sucesión dinástica?”, le preguntó Medina al exjefe del Ejército. A lo que Ortega Saavedra respondió: “Cuando hay un poder de tipo autoritario, dictatorial como el actual, que depende muchísimo de la figura de un líder que ejerce la Presidencia, ante la ausencia de este, es muy difícil que haya una continuidad del grupo de poder inmediato”.
El general en retiro cree que la razón de esa imposibilidad de continuidad responde a “la misma tendencia autoritaria, personalista, verticalista de mandar, que ha castrado las correas de transmisión del partido”. “El partido actualmente no tiene repuesto. Están ahí, no por una mística, sino por estar ahí como funcionarios, muchos queriendo hacer bien, pero más que todo, teniendo beneficios de esa participación gubernamental y política. Si falta Daniel Ortega, para mí, Humberto Ortega, no hay posibilidad de que nadie de ese grupo de poder pueda ejercer la influencia frente a un proceso”, dijo.
Tras estas declaraciones, fuentes sandinistas también reportaron que hay varios trabajadores del exjefe militar que fueron apresados por los oficiales.
“Ni Rosario Murillo”
Al insistir sobre el tema, Medina le preguntó específicamente por Rosario Murillo, una figura que ha logrado cimentar tanto poder en el aparataje sandinista, que su esposo la nombró, de facto, “copresidenta” de Nicaragua. Murillo gobierna con Ortega y no hay nadie en el régimen con más poder que ella, al punto que controla instituciones como la Policía Nacional o el Poder Judicial, estamentos que antes estaban bajo la influencia total de su esposo.
“Nadie. Nadie”, dijo el general en retiro cuando le mencionaron el nombre de su cuñada, con quien históricamente ha mantenido una relación tensa. “No quiero mencionar a nadie en particular. Sin Daniel no hay nadie, porque, con todo y todo, Daniel es el único líder, histórico, que aún conserva los créditos de esa lucha. Sin Daniel veo muy difícil que haya unos dos o tres que se junten. Mucho menos uno en particular, y más difícil en la familia. Hijos que no han tenido el acumulado de una lucha política”, sostuvo Ortega Saavedra, en referencia a su sobrino Laureano.
Y continuó: “Ni Somoza pudo establecer a su hijo. Con la ausencia de Daniel sería muy frágil sostener todo lo que hasta ahora ha logrado sostener con gran esfuerzo y con enormes complejidades. No sólo a nivel interno, sino también con las fuerzas aliadas de las izquierdas y los Gobiernos de la región. Al único que conocen es a Daniel”.
Como ha sucedido en otras entrevistas, Ortega Saavedra ha minimizado la figura de su cuñada. En este caso, destaca sus dudas sobre que la “copresidenta” pueda catalizar un eventual proceso de transición tras la desaparición de su hermano. En otra entrevista con EL PAÍS en marzo de 2023, el militar sostuvo que “Murillo tiene el peso que Daniel Ortega le quiera dar”. “Públicamente ha dicho, aunque no sea constitucional, que para él ella es copresidenta. Está diciendo que ahí mandan él y ella. No hay que investigar mucho”, planteó. Yo recuerdo que el famoso Comandante Cero, Edén Pastora, dijo en una ocasión que ella no podía ser la sucesora impuesta en el movimiento sandinista. “Yo pienso que sería muy difícil, muy complejo. Hasta ahora le da toda la fuerza y tiene su derecho, pero veo muy difícil pensar en una situación con ella sola al frente”.
Fuentes sandinistas consultadas para este artículo aseguraron a EL PAÍS que fue Murillo quien giró la orden de cercar policialmente a su cuñado. Por su parte Manuel Orozco, investigador del Diálogo Interamericano, indicó a este diario que enviar policías a Ortega Saavedra es una respuesta de la “copresidenta”.
“Esa respuesta de ella refleja dos cosas: Primero, que ella entendió muy bien el mensaje que Humberto Ortega dio en su entrevista a Infobae, básicamente diciendo que tras la muerte de su hermano, si se quiere una transición democrática, la oportunidad se presenta de montar elecciones libres y objetivas… Pero la respuesta que ella le da no es de molestia simplemente, sino básicamente de decir aquí la que manda soy yo. Y si hace lo que yo digo. Esta es la cultura del miedo que imponen en el país”, dijo Orozco.
“Un competidor político”
Dora María Téllez, exguerrillera sandinista y desterrada política, dijo a EL PAÍS que la relación entre la “copresidenta” y su cuñado nunca fue buena, pero que se fue tensando a medida que ella ganaba poder. “Sin embargo, no creo que al final de cuentas tenga tanto que ver con animadversiones personales, sino que es un tema de competencia política”, plantea la excarcelada.
“Ortega y Murillo han visto en Humberto a un competidor, alguien molesto, que no se somete a su control, que no está sujeto a ellos”, señala Téllez. “Él puede decir cualquier cosa, como lo ha hecho. Entonces ese asedio hacia Humberto, el mismo hacía miles de nicaragüenses, es para callarlo. Humberto es una voz fuera del país que se le salió de las manos”, añade Téllez. “Todo eso que dice Humberto, y que parece obvio, a los oídos de Rosario, Daniel y la familia es una cosa dramática… ellos están pensando que eso lo está escuchando la militancia sandinista, los empleados públicos y sus adversarios. Eso los debilita profundamente”.
Ortega Saavedra siempre ha sido percibido como un general, con mucho peso en el Ejército y el partido rojo y negro, y que sin embargo se ha apartado de la deriva autoritaria del Gobierno de su hermano. Aunque en sus posturas no deja, de cierta forma, de justificar algunas acciones represivas del mandatario sandinista. “Los hermanos Ortega no son antagónicos, sino que tienen distintas visiones de cómo administrar el poder. Él dice no ser enemigo del régimen nicaragüense ni de la oposición, ‘aunque tengo puntos de vista encontrados con ellos’”, concluye en la entrevista el periodista Medina.
En diciembre de 2022, tras muchos años de tirantez, Ortega visitó al general en retiro en su casa, la misma que ha sido cercada policialmente. El mandatario lo visitó porque su hermano menor estaba grave de salud. Si bien la visita se mantuvo en secreto, el Gobierno la admitió días después en un comunicado, aclarando que, “animado por los vínculos de familia sanguínea, el comandante Daniel quiso saludar a su hermano, quien está muy debilitado, sin ninguna pretensión o intercambio político, que nunca fue el objetivo de su visita, pues en ese plano no existe, ni se prevé, comunicación alguna”.
En la entrevista, el exjefe del Ejército dijo que ser hermano del presidente no lo protege de nada. “Que seamos hermanos de sangre no quiere decir que este agrupamiento que dirige Daniel no haya tenido y tenga enormes malestares con un hombre como yo. Ha habido algunos que han llegado a pensar en eliminarme. De Daniel nunca lo he sabido, pero sí de gente que está con él. Yo lo sé. Que te pueden envenenar, te pueden dejar ir un furgón en la carretera… Esas cosas pueden pasar”. Por ahora, lo que ha pasado esa que fue cercado policialmente.