sábado, noviembre 23, 2024
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Una primicia del pasado o el dia que me pusieron preso en mi primera gira presidencial

Yo estaba recién casado, mi hija Ariana tenia unos meses de nacida y mi mujer no tenia trabajo. Me contrataron en Critica, un periódico gritón de la Cadena Capriles, hermano mayor de El Vespertino, otro periódico amarillo. Aunque empecé en el Vespertino haciendo vacaciones, trabajaba a destajo en Critica.

Cada mañana me sentaba en las sillas de metal en el pasillo que daba a las oficinas de los jefes, en frente estaba la redacción. Carrillo Girón era el jefe de información, repartía el trabajo bien temprano.

Todos los días me sentaba con mi cámara Minolta SrL 101, me la había regalado mi hermano Hugo Figueroa Brett. La había comprado en Nueva York en un establecimiento que hay en el número 420 de la 9th Ave, ella me acompañó por mucho tiempo, anotaba cada día que trabajaba, según conseja de alguien mas sabido que yo, agregaba religiosamente las guardias nocturnas cuando los fotógrafos no querían o tenían quizás un compromiso.

Un día despidieron a Peña, un tipo muy elegante, siempre vestido de traje, usaba unos trajes similares a los que usaba Gastón Guisandes el administrador, eran en tonos verde agua y beige, cuentan las lenguas del pasillo que un día Gastón estaba sobre una página, doblado mirando o corrigiendo algo en un positivo y alguien le agarró el trasero, Gastón volteo inmediatamente, sorpresa le habían agarrado el culo al administrador del periódico, Rebolledo quien dicen que lo hizo, se disculpó diciendo que se había equivocado, que pensaba que era Peña, el fotógrafo; Gastón los mandó a pasar por su oficina a los dos.

Peña en verdad era un tipo muy bien vestido, hacia sociales junto con Guillermo Sanchez Garcia este venia de ser la estrella de Panorama, empezó su carrera como “El Baby Junior”, había ganado un concurso de escritura a maquina de escribir, una famosa marca de maquinas había promovido un concurso y este había ganado, hizo una gira por toda suramerica, finalmente le ofrecieron una columna en el diario Panorama, y se hacia firmar como El Baby Junior.

Ahora trabajaba en Critica, hacia sociales con Peña a quien había acusado de cargar una caja registradora en vez de cámara, se refería Guillermo a que en cada acto al que asistían el ofrecía a los dueños del evento un juego de fotos aparte, por supuesto usando el material del periódico, era una manera de hacer algún dinerito extra, lo llamaban un “cepillo”, rememorando el cepillo que pasan en misa de la iglesia católica.

-Mira Figueroa, hay un puesto fijo, pero tienes que trabajar con un marico. Me atisbo a decir el jefe de información Carrillo Girón.

Me encogí de hombros, en verdad ya estaba trabajando en el periódico sin estar en la nomina regular, hacia mas días que los demás porque no tenia descansos y se agregaban las guardias nocturnas, de manera que a mi me pagaban mas días que a los demás.

Un día venia el presidente de la república al Estado Zulia, un evento fuera de la normalidad, el periódico entró en revolución, era la primera gira presidencial, el nuevo presidente Luis Herrera Campins, era un debutante, según entiendo periodista, poeta y eventualmente repetidor de refranes, siempre tenia algún refrán que decir, una respuesta informal para los periodistas, a él lo acechaban, era una practica muy extraña de acercarse mucho al presidente, un día se molestó e hizo que la guardia presidencial les hiciera espacio, casi le rompen la boca con los micrófonos.

Era muy católico, como todos o la mayoría de ese partido, llamado Social Cristiano Copey, ese era su paradigma, miembros de la internacional Social Cristiana y con conexión con partidos social cristianos en el mundo, sobretodo los alemanes quienes tenían fundaciones que financiaban actividades políticas en mi pais.

Luis Herrera fue famoso por muchas razones, comía Torontos, unos bombones de avellana recubiertos con chocolate, exquisitos, inventados por inmigrantes austriacos en la época que Venezuela recogía innumerable emigrantes que desarrollaron industrias y familia en Venezuela huyendo de la segunda guerra mundial.

Se decía entre otras cosas que el cargaba una cantidad de Torontos en el carro presidencial, que iba a misa cada domingo y que era un hombre muy religioso, temeroso de Dios.

Yo no sabia o no había caído en cuenta de el asedio que El Diario de Caracas le tenia al presidente Luis Herrera Campins; este Diario tenia la peculiaridad de que en su primera página siempre había una fotografía a todo lo ancho del tabloide.

Era un espectáculo comprar ese periódico, siempre una exquisita fotografía, entre ellas el deporte nacional, sacarle una foto al presidente en misa, arrodillado, confesándose, tomando la comunión. Sin caer en cuenta de esto yo fui asignado a la gira presidencial, con Alejo Gómez, un veterano periodista, de fuertes convicciones, un hombre serio, menudo y muy decente, pausado al hablar. Teníamos que cubrir la parte de la iglesia, el presidente venia a la Costa Oriental del lago. Una de sus actos mas importantes era visitar la Iglesia Catolica Nuestra Señora de Aranzazú, tenia algunos elementos que debían ser reparados, por eso el presidente visitaba la iglesia porque se supone el iba a verificar junto con el Gobernador del Zulia Gilberto Urdaneta Besson el estado del templo..

Estuvimos temprano, tomé unas cuantas fotos de la iglesia, tenia unas columnas agrietadas, alguien me hizo el tour y yo recogí los detalles de algunas cosas que reparar, ya entrada la mañana llegó el presidente con el Gobernador Urdaneta Besson y su esposa.

Yo era el nuevo, todos los reporteros eran mas viejos que yo en el periódico, andaba yo buscando una buena foto, algo que me hiciera sobresalir entre aquella cantidad de reporteros de varios medios y sobretodo sobre los medios de Maracaibo, era mi debut en un periódico.

Pensé sin tomar en cuenta las historias con el Diario de Caracas, a decir verdad no pensé en ellas, no tenia en el recuerdo en ese momento el asedio de El Diario de Caracas le había hecho al rey de los Torontos. Será que el presidente no se arrodilla en misa ante Dios, le pregunté a Chourio un fotógrafo amigo, no recuerdo que me respondió.

Fui caminando cuidadosamente hacia el altar por el flanco izquierdo, y llegue hasta la columna que señalaba el final de la nave central, en frente el presidente, el gobernador, su esposa, unos ministros, gente supongo de su gobierno y de su seguridad.

Delante de mi Chourio, el fotógrafo de marras, y yo a la espera de que el presidente de la república se arrodillara ante Dios para hacerle la foto, enfoqué, establecí los parámetros, ley la luz, mire el espacio, memorice el movimiento de la cámara, qué iba yo hacer, levantar la cámara mirar por la cámara enfocada y disparar con mi lente 35 milímetros, un pequeño gran angular y luego seguiría en la gira.

No fue así.

El presidente se arrodillo, se llevó la mano a la cara, el gobernador peló los ojos mientras el servicio secreto hacia lo suyo, un par de guardias me levantaron en vilo, mientras Alejo, mi compañero protestaba enérgicamente, mientras me sacaban de la iglesia en peso, no puse un pie en el suelo ese par de soldados de la patria me habían levantado por casi 80 metros.

Mientras tanto yo había desenrollado la película e inmediatamente que Alejo se me había acercado yo le había entregado el tesoro contenido en mi cámara ahora vacía, le había entregado el rollo que tenia la foto del presidente arrodillado ante Dios.

Estuve preso en la plaza de Santa Rita, bajo la custodia de un oficial de la marina, por allí pasó un general de división, quien me regañó como si fuera mi papá, sonó como la maestra de una comiquita, que tu sabes que está hablando pero no entiendes a que se refiere, yo solo estaba haciendo mi trabajo, estábamos en un sitio público, con un personaje público en un acto público.

El General que me regaño

Pasaron muchas cosas en ese rato que mas o menos fueron unos 45 min, pasaron muchos personajes por allí, hasta que llegó el jefe de la ORI (Oficina Regional de Información) El profe Fernandez, después fue Director de la Escuela de Comunicación Social. Me pidió el rollo y yo me metí la mano al bolsillo y se lo entregué,

-Este es?

Me miró con certeza y le dije con la misma certeza, Claro.

La gira sucumbía a ser en realidad una cantidad de actos burocráticos, el relanzamiento de una moledora de sal, y varias pendejadas mas que normalmente los políticos hacen para hacer creer a la gente que están trabajando.

Mientras tanto, en el periódico se había creado dos grupos, uno que pensaba que me deberían despedir y otro que pensaba que deberíamos tener mas reporteros como ese muchacho.

Al llegar, el jefe de información Juan Vicente Carrillo Girón, me dijo, entrégame el negativo, le dije muy respetuoso, te daré unas copias, el negativo es mio.

Yo era tan nuevo que no tenia revelador, no me habían dado los primeros químicos para revelar mis rollos. Le pedí a Martín González que me prestara el suyo y me dijo: está para tantos minutos, yo estaba un poco incrédulo, mas bien dudoso, no use el rollo sino cualquier otro, no salieron muñequitos, Martín me había engañado con el tiempo de revelado. Supe después que Machadito había pedido que me despidieran, que la única que me defendió fue la exuberante Tamara Roldan.

La foto fue entregada a la jefatura de información, nunca fue publicada.

Henry Figueroa Brett

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