Wilexis, uno de los líderes de Petare, desmintió a Maduro de no estar involucrado con la DEA en planes desestabilizadores
Petare, uno de los barrios populares más grandes y peligrosos de América Latina y de Venezuela, vive con terror y zozobra un campo de guerra en sus serpentinas callejuelas por el enfrentamiento de dos bandas de criminales que se disputan el control de la zona desde hace una semana.
Ramona Vargas, una mujer de limpieza, no ha podido salir de su casa a buscar comida por temor a ser alcanzada por la lluvia de balas perdidas. Hace 5 años murió su hijo de 12 años por una de las ráfagas, y «ahora encierro a mi segundo hijo por la cuarentena del coronavirus para no ser otra víctima de la balacera», dijo a ABC por teléfono.
Durante una semana Petare ha sido el escenario de una batalla campal entre bandas de criminales rivales que se disputan el territorio para controlarlo en plena pandemia sin que las autoridades policiales intervinieran para poner orden ni siquiera su alcalde del municipio Sucre, el chavista José Vicente Rangel Ávalos.
El barrio de Petare, situado al este de la capital venezolana y habitado por un millón de caraqueños, está dividido a su vez en varias zonas. La principal zona (zona 10) es la de José Félix Rivas donde se enfrentan a tiros las bandas criminales de Wilexis Acevedo y su rival «El Gusano».
Su enfrentamiento, que hasta ahora ha durado unos largos seis días y que convirtió el barrio en una zona de guerra con toque de queda desde las 16 horas hasta el amanecer, tuvo cierto respiro o tregua hoy porque Maduro involucró ayer al líder principal Wilexis, una especie de Robin Wood, con la DEA en el plan desestabilizador de la incursión militar en La Guaira.
Vinculación con la Operación Gedeon
Nicolás Maduro acusó a la DEA de haber organizado los tiroteos en Petare con el fin de distraer a los funcionarios del Estado en el marco de la presunta incursión armada que se frustró el domingo 3 de mayo en Macuto, estado Vargas, por parte de un grupo de mercenarios de la Operación Gedeón.
Maduro se valió del testimonio de José Alberto Socorro Hernández, alias «Pepero», presunto narcotraficante y agente de la DEA que articuló el plan y reclutó a Wilexis en el gimnasio del Centro Comercial de Cerro Verde, en Los Naranjos. «Este es el jefe de logística del plan, lo ha dicho todo y sigue hablando. El señor se refirió al combate entre narcos en Petare, dijo que fue un operativo de distracción y así poder hacer tranquilamente la incursión en La Guaira a 20 kilómetros de Caracas», afirmó Maduro.
La acusación fue respondida por Wilexis en un audio que divulgaron los medios digitales en donde se desmarca de la DEA, de Guaidó y afirma que «tampoco hablamos mal de Maduro. Es importante, no estamos en contra de Maduro. Estamos a favor de la paz y la tranquilidad».
Según relatos de periodistas que cubren sucesos, Wilexis comenzó su liderazgo en Petare en el 2018 cuando empezó a interesarse por sus lugareños, repartiendo bolsas de comida e imponiendo cierto orden en la comunidad. Posteriormente Wilexis abandonó sus ofertas populistas, la de repartir bolsas de alimentos, para dominar con sus bandoleros armados el control de la zona.
Hace dos semanas se apareció «El Gusano», expresidiario entre los más de 300 presos comunes que liberó la ministra de Prisiones, Iris Varela, para reclamar su pedazo del territorio, declarándole la guerra a Wilexis, lo que dio origen al terror de Petare. El botín que se disputan es el tráfico de drogas, armas y alimentos en el más poblado barrio de la región. Pero lo llamativo es que la Policía del régimen no ha enfilado sus baterías contra «El Gusano» sino contra Wilexis al momento de ordenarlo ayer Maduro. Es curioso que las bandas de Petare hayan matado y disparado a sus anchas durante una semana sin ninguna autoridad chavista como las fuerzas especiales policiales, FAES, que los haya enfrentado.
Sin embargo, la periodista Marianela Salazar fue amenazada por Diosdado Cabello, segundo en el mando del régimen chavista, por quejarse en su cuenta de twitter que la balacera nocturna de Petare no dejaba dormir a los vecinos aledaños, lo que fue interpretado como una vinculación a la Operación Gedeón de los opositores que atacaron en horas de la madrugada del sábado 3 de mayo en la costa de Macuto, puerto de La Guaira, lo que fue frustrado por Maduro.