El paro de los hispanos en EE.UU. podría cortar el envío de casi 9.000 millones de dólares; más de un millón de hogares latinoamericanos dejarán de recibir esa ayuda exterior
La caída de las remesas que los emigrantes latinoamericanos envían a sus países de origen va a ser este año otra dura consecuencia de la pandemia del coronavirus para las economías de la región. Solo el aumento del paro en Estados Unidos, desde donde se remite el grueso de las remesas, puede significar el envío de casi 9.000 millones de dólares menos respecto a 2019.
Esas contribuciones de los emigrantes suponen entre el 10% y 20% del PIB de países como Honduras, El Salvador y Guatemala (en el caso de Haití supera el 30%). Otros países especialmente dependientes de las remesas, a consecuencia de las crisis políticas en las que se encuentran, son Venezuela y Nicaragua. También son importantes en México, donde el presidente López Obrador ha pedido a los mexicanos residentes en EE.UU. «no dejar de pensar en sus seres queridos», de manera que continúen mandándoles dinero en esta crisis global.
Según cálculos de Diálogo Interamericano, las remesas de Estados Unidos a Latinoamérica y el Caribe, que en 2019 fueron de 77.000 millones de dólares –del total de casi 100.000 millones recibidos en la región (son cifras de envíos registrados, pues también se remite dinero por canales informales)–, podrían descender entre un 7% y un 12%; eso supone entre 5.000 y 9.000 dólares menos respecto a 2019. Más de un millón de hogares en América Latina pueden verse afectados.
Golpe para la economía
En otras ocasiones, una mala situación económica de las naciones latinoamericanas ha podido compensarse parcialmente con las remesas de los emigrantes, sobre todo de los residentes en Estados Unidos, un país no sujeto a los ciclos económicos de la región. Sin embargo, esta vez el desplome de la economía y del mercado laboral en EE.UU. se produce simultáneamente, debido a la afectación generalizada de la pandemia, con una recesión que va a ser especialmente dura en las naciones americanas (pues van a empalmar sucesivamente el cierre económico de China, Europa, Estados Unidos y la propia región).
Las últimas previsiones hablan de momento de una caída del PIB latinoamericano en 2020 próxima al 5%. En su informe anual presentado este martes, el Fondo Monetario Internacional la cifra en un -5,2% (-6,6% en México; -5% en Sudamérica, -3% en Centroamérica y -2,8% en el Caribe).
Otras instituciones internacionales coinciden. El Banco Mundial sitúa el descenso en un -4,6% del PIB, el Banco Interamericano de Desarrollo habla de una horquilla entre el -1,8% y el -5,5% y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU contempla un retroceso de un -4% e incluso llega a hablar también de un -5% en algunos escenarios.
Aumento del paro
Aunque la parálisis económica en Europa, y en concreto en España, también afecta a las remesas de los inmigrantes latinoamericanos, es sobre todo el incremento del paro en Estados Unidos lo que más está dañando a ese envío de dinero a los países de origen más necesitados.
Los datos de Diálogo Interamericano indican que el 35% de los inmigrantes en EE.UU. cobran menos de 20.000 dólares al año y que el 20% no tiene ningún tipo de seguro médico (entre los ilegales la falta de cobertura es mayor). Si en la Gran Recesión, la tasa de paro en EE.UU. aumentó en cinco puntos (del 4,6% en 2007 al 9,6 en 2010), en estos momentos ha dado un salto de casi diez puntos (del 3,5% antes de comenzar el impacto de la pandemia al 13% registrado a comienzos de abril).
De momento, 17,8 millones de personas se han inscrito en el paro en las últimas semanas en EE.UU. y el total de parados podría llegar a los 47 millones de personas (un 30% de la fuerza laboral) según las previsiones más pesimistas, afectando especialmente a los inmigrantes. No obstante, el FMI prevé una media anual del paro en EE.UU. durante 2020 entorno al 10,4%.
En 2019, migrantes de todo el mundo enviaron a sus países de origen 700.000 millones de dólares de forma registrada; la cifra podría haber alcanzado los 1,7 billones teniendo en cuenta también los envíos por canales informales, lo que habría supuesto el 2% del PIB mundial, como ha precisado la consultora Stratfor.