Por Manuel Eugenio Colina
Luis Ernesto Aparicio Montiel – o Luisito, como le nombra su legión de fanáticos, para diferenciarlo de su papá: Luis Aparicio Ortega, “el grande de Maracaibo”- arribó a sus 87 años de edad la semana pasada (el 29 de abril, para ser exactos), envuelto en una aureola de orgullo, admiración y respeto que bien se ganó con su actuación en el Big Show. durante las temporadas 1956-1973, que lo catapultaron hasta el Hall de la Fama del Béisbol, de Cooperstown.
Nació en “El Empedrao”, de la Parroquia Santa Lucía. A pocos metros de la vivienda donde vio la luz primera, la eterna diva de “su Maracaibito”, Lila Morillo, quien escaló la gloria utilizando como garrocha “El Cocotero” más famoso del pentagrama zuliano.
“Gaitero, guapo, afamao, romántico y soñador”, como lo pregona una gaita, este populoso barrio sirvió de cuna también a Felipe Pirela “El Bolerista de América”, quien murió asesinado en Puerto Rico, cuyo recuerdo en estos momentos oscuros de nuestro acontecer, valida una Clase que nos dejó el poeta Andrés Eloy Blanco al aludir a “la tierra de Venezuela que tiene un mal no se sabe donde, si en la leche, en la sangre o la placenta que el hijo vil se le eterniza adentro y el hijo bueno se le muere afuera”…
Desde su irrupción en la Gran Carpa, el 17 de abril de 1956, Luisito impuso su clase, al patentar el “robo de bases” como arma ofensiva, especialidad en la estableció varios récords que no voy a enumerar, porque los fanáticos los conocen tanto como las cuentas del rosario con que le oran a la Vírgen Chinita.
Esta es una apretada síntesis de su fulgurante actuación: 10.230 turnos al bate, 1.135 carreras anotadas, 2.677 sencillos conectados, 394 dobles, 92 triples, 83 jonrones, 791 carreras impulsadas, 506 bases robadas, 2.581 juegos anotados y .262 puntos de average de por vida.
En su primera temporada Aparicio se convierte en el primer extranjero en ganarse el Premio Novato del Año. Líder estafador de la Liga Americana con las Medias Blancas de Chicago; participa en 10 Juegos de Estrellas, dos Series Mundiales y gana nueve Guantes de Oro….
El “Go, Go,” que coreaban las tribunas del Comiskey Park de Chicago, cada vez que llegaba a la primera base se convirtió en el himno deportivo de esa ciudad norteamericana, hasta el punto de rebautizar a su equipo local, Las Medias Blancas, como las “Go, Go, Sox”.
Aparicio, en llave con Nelson “Nelly” Fox, establecieron alrededor de la segunda base una especie de escudo antimisilístico para desintegrar los talibanescos proyectiles de los bates contrarios, con los cuales ejecutaban los doble matanzas, que tanto disfrutaban y aplaudían los asistentes al parque deportivo.
Necesario es rememorar un pasaje de su vida, que relató este ilustre zuliano en un homenaje que le ofreció Manuel Rosales, como Gobernador del Estado, en gesto que le ennoblece. Refirió Luisito que “su papá insistía en que terminara sus estudios y luego saltara al béisbol profesional, hasta “que un día me llevó a la cuenta máxima, en tres y dos. Me planteó: Voy a dejarte que seas un profesional con la condición de que en la posición que te desempeñes, seas el mejor del mundo.
En vez de su hijo, la respuesta se la dan los fanáticos con los estruendosos aplausos con que saludan a su heredero, cada vez que pisa un estadio, y cuyo eco debe retumbar hasta en la gloria donde reposa El Grande de Maracaibo.
A la hora de recoger los bates, es preciso dejar sentado un hito significativo de su palmarés. Con sus hazañas puso “out” al petróleo como referencia de nuestro país ante el mundo. Al Amparo de su fama Venezuela pasó a ser “El país de Luis Aparicio”.
Al desearle que el Creador premie con muchos extrainnings sus lauros, en interpretación del sentir mayoritario de su pueblo, me complace corear una estrofa de “El Regionalista” de Jesús “Chinco” Rodríguez:
“Yo al Zulia lo quiero mucho/cuando de ese lago escucho/el chapoteo del marullo/se me infla el pecho de orgullo/al saberme maracucho”.
Como Luisito !!
