sábado, noviembre 23, 2024
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Mi mayor recompensa es que recuerden mi país probando mis quesos

En el grupo fui entendiendo y ajustando la receta con suero viejo, con suero del día anterior hasta que le llegué a mi primer queso semiduro con el sabor que yo quería lograr. Eso fue una cosa inexplicable, la sensación en el corazón fue increíble, luego vino el reto del queso Palmita, el cual me salió como al segundo intento. Yo creo que ese es uno de los quesos más retadores que yo enfrenté, porque son muchas las variables que allí interactúan.

Queso Palmita

A Maria Eugenia le sirvió de efectiva terapia sicológica su primer trabajo como limpiadora de pisos al inicio de sus primeros años de emigrante en los Estados Unidos. En compañía de su hijo, abandono su país Venezuela en busca de mejores oportunidades, luego de haber ocupado importantes posiciones laborales como ingeniero de sistemas en varias empresas del sector privado, además de haber obtenido una especialización en el área de desarrollo organizacional. La severa crisis humanitaria que asola a miles de sus compatriotas fue más fuerte que su arraigo y le toco probar suerte en Michigan.

Ella, como miles de sus compatriotas, forma parte de una generación de excelencia que obtuvo una inmejorable formación profesional gracias al Plan de Becas Gran Mariscal de Ayacucho y a los posteriores estudios de especialización realizados en la Universidad Católica Andrés Bello en su natal Caracas. Las ventajas de la singular terapia a la que ella alude, derivan de la posibilidad de realizar ese riguroso trabajo en silencio. Justo en las horas donde no había mucha gente en el restaurante, una singular circunstancia que le permitió conectarse con su más profunda intimidad.

En silencio fue mucho lo que aprendí de mí, así como de los retos que tenía por delante, sentencia orgullosa.

– Así que empecé a limpiar el restaurante donde mi hijo era lavaplatos. Después me dieron la oportunidad de ser “host”, una labor que consiste en recibir a la gente y la ubicaba. Luego fui mesera y después también conseguí un trabajo de cajera en un supermercado. Trabajaba en el restaurante y luego al concluir, otra jornada de cajera en el supermercado. Más adelante conseguí un trabajo de operadora en una fábrica, al frente de una línea de producción, allí trabajé bastante tiempo.

 

Pan Dulce

-Algo rudo no?

-Ahora trabajo desde casa vendiendo seguros. Me da mucha risa porque cuando trabajaba en el restaurante limpiando pisos, yo llegaba muy temprano con la gente de la cocina para arreglar el restaurante. Eran momentos difíciles porque eran los primeros tiempos de inmigrante y los sentimientos en el corazón estaban revueltos. Esas horas de limpieza eran las únicas horas de tranquilidad y silencio que yo tenía. En ese íntimo espacio yo lloraba o reía dependiendo de lo que en ese momento sentía. Luego llegó un momento en que me dijeron que me iban quitar las horas de limpieza, y que todos llegarían para limpiar. Yo no quería que me quitaran mis horas de tranquilidad, eran las únicas horas conmigo misma.

– ¿Cuáles son tus orígenes?

-Yo provengo de una familia normal y bien constituida. Papá nos metió en la cabeza que el crimen no paga, mientras que estudiar siempre era la mejor opción que teníamos por delante Provengo de una familia de 5 hermanas todas estamos afuera, yo fui prácticamente la última que salí. Una vive en Brasil, otra en España, una Chile y otra vive aquí en Michigan como yo.

Pan de Jamón

– Cómo te defines.?

-Soy una profesional venezolana, que con mi trabajo -como era posible antes de la gran tragedia- logré proveerme de una buena calidad de vida sin estimar ser una millonaria. Mi empleo, me permitía tener una casa, un carro en buenas condiciones, vivir tranquilamente sin aprietos económicos. Si algo se dañaba en la casa, se podía reparar o remplazar sin ningún problema. En forma gradual ese modo de vida fue disminuyendo, hasta el extremo de que, si una cafetera se dañaba, el incidente se convertía en un profundo estado de estrés, porque el dinero no alcanzaba para reponer una nueva cafetera y atender el resto de compromisos de la casa.

-Que ocurrió para tomar esa decisión.

-Fíjate en este detalle. Yo tengo un solo hijo, y mi casa vivía llena de muchachos, que se quedaban en mi casa durante el fin de semana o lo que fuera, sin ningún problema. Llegó un momento que del mercado que se tenía que hacer había que rescindir de algunas cosas porque ya no se podían adquirir. Mi hijo además de que no podía salir de casa, ya no podía traer tantos amigos tampoco, porque se comían la comida de la semana. Era todo un inconveniente, no solo porque no se podía comprar más comida, sino que lo más probable era que durante esa semana no se conseguía ese alimento.

Queso Tequeñero

-Qué extrañas de tu país.?

-Recuerdo la vida familiar con mi hijo en Venezuela. Cuándo había que hacer un trabajo con sus amigos en la casa, cuando había que estudiar para los exámenes, en la casa había que reunirse para lo que sea en la casa. Yo me quejaba, pero en el fondo de mi corazón me encantaba tenerlos en la casa y cocinarles, verles la cara de felicidad, peleando por su torta o por el ultimo pedacito de galleta que quedaba.

-Todo un drama.

– La calidad de vida fue disminuyendo. Tuve un compañero de trabajo que también era gerente como yo en la compañía donde trabajaba y me decía que en su casa nada funcionaba porque o mandaba a reparar las cosas o no comía. Yo creo que uno, a estas alturas del partido había luchado tanto, tanto por las cosas materiales, así como por la calidad de vida, no debería terminar viviendo de esa manera. Llegamos a la miseria, y yo me dije, que no estaba dispuesta a sentarme a esperar a que me tocara buscar comida en la basura. Desde hacía mucho tiempo había estado diciendo a la familia, nos tenemos que ir, pues llegó un momento que tuve que tomar la decisión, porque los EEUU, porque tengo una hermana que vive aquí y me tendió la mano, por eso terminé aquí en Michigan, sino fuera por ella la situación hubiera sido mucho más difícil.

-Y cómo fue esa travesía.?

-Me vine con mi hijo adolescente a finales del año 2017. Él se vino obligado y aquí fue donde realmente conoció lo que significa vivir en libertad. En Venezuela vivía preso en casa, por las hostiles y peligrosas condiciones de vida, mientras que aquí pudo adquirir una bicicleta, para poder andar libre en las calles sin mayores contratiempos. Empezamos a luchar hasta que nos independizamos, y por supuesto, agradecerle a mi hermana por la mano que nos tendió en un momento tan difícil

Haciendo quesos

– De que manera aparece la cocina en esta historia.?

– Mi pasión por la cocina viene desde siempre. La cocina siempre ha sido algo que me gusta, y que me apasiona. Para mi cocinar es igual a ser una artista, donde el resultado final, trae el beneficio de que los comensales te digan esto si te quedó rico Mariaeugenia. Lo mejor es cuando te dicen esto sabe a Venezuela, y entonces eso es algo que me llena mucho.  No a todos nos sale igual a receta, porque la cocina, con tu plato, lleva tu energía. Por otro lado, la cocina era nuestro sitio de reunión, desde pequeños, creo que eso un evento me quedó grabado, y trasmite ese sentimiento de bienestar, de alegría que me trae la cocina. Me gusta hacer platos desde cero, para mi es difícil comprar una sopa de sobre y hacer lo que traducen sus instrucciones. A mí, por el contrario, me gusta hacerlo desde cero.

-Describe cómo fue el proceso de reencuentro con la cocina lejos de tu hogar.?

-Estando aquí quise conseguir los ingredientes nuestros. Lo primero fue la Harina Pan -sonríe con picardía- eso ni se discute agrega. Pero el tema de los quesos sí que fue un tema complicado, porque aquí en Michigan no es fácil conseguirlos. Mejor dicho, no se consiguen los quesos, venezolanos. Lo más parecido a un queso blanco venezolano que se consigue aquí, es un queso mexicano. Un queso de marca Cotija, que es un producto que se consigue rayado, y otra presentación el queso fresco semi duro. Pero debo decirte que eso no sabe a Venezuela más nunca.

Queso de Mano

-Y llegaste a la elaboración de quesos.-Por esa necesidad de poder paladear ese sabor venezolano. Ese deseo me llevó a investigar acerca de la manera de como hacer esos quesos nuestros. Lo primero que me conseguí fue como hacer quesos con vinagre, por supuesto, eso nada que ver con el sabor nuestro. Luego empecé a tratar de lograr un buen queso mozzarella y allí perdí un montón de galones de leche, porque al día siguiente amanecían derretidos. La verdad es que no le había llegado al meollo del asunto. En esa búsqueda llegué a los videos de “Er Buche”, entonces mi amigo Jorge fue quien me introdujo a las recetas de quesos venezolanos.

T

-Entiendo que el queso es un detalle muy importante en tu vida.

– Claro, si en mi casa había queso, plátano, huevos, arroz y harina pan, era comida suficiente, el resto no importaba. Que, si no había pollo, carne, u oro alimento era irrelevante. Pero no podía faltar el queso, porque…. ¿Con que te comes la arepa? Obvio que, con queso, como te comes un plátano, con queso. Entonces el queso en mi casa, para tanto para mí como para el resto de mi familia es imprescindible.

Y cómo fueron esos inicios.?

-Las primeras experiencias fueron con la página de El Buche. Hice una primera receta de allí y wow!!!.la gloria. Yo no conozco al Buche en persona, solo nos conocemos por el chat del grupo de “Quesenses”, lo cual ha sido una verdadera bendición en mi vida, es un grupo donde no solamente nos apoyamos con recetas de queso, cualquier cosa que tu necesites saber de cocina o de lo que sea, todos están allí o todos estamos allí para poyarnos unos a otros. En fin, hice mi primer queso, pedí por Amazon las cosas básicas para hacer queso en un principio que son el cuajo y el cloruro de calcio, fue mi primer queso sin vinagre, me sentí un poco decepcionada, porque el sabor no era el sabor que yo recordaba de mis quesos venezolanos.

-Ensayo y más error ….

-Con el tiempo me percaté qué estaba haciendo quesos con leche pasteurizada y homogeneizada, porque aquí es ilegal que te vendan leche cruda. En el grupo fui entendiendo y ajustando la receta con suero viejo, con suero del día anterior hasta que le llegué a mi primer queso semiduro con el sabor que yo quería lograr. Eso fue una cosa inexplicable, la sensación en el corazón fue increíble, luego vino el reto del queso Palmita, el cual me salió como al segundo intento. Yo creo que ese es uno de los quesos más retadores que yo enfrenté, porque son muchas las variables que allí interactúan.

-Entonces fue más ensayo

Caja de maduración

-Una de las variables más importantes es la temperatura del medio ambiente. Yo logré mi queso Palmita sin caja de maduración ni nada, porque lo intenté hacer en verano, y estaba la casa a una temperatura más caliente. Luego lo intenté nuevamente y no había manera, para finalmente entender que tenía que hacer la caja de maduración.  No lo pensé dos veces, lo que hice fue que agarré una caja plástica, yo no iba a dejar de comerme mi queso ya que había encontrado la receta. Había que hacer lo que hubiera que hacer para lograrlo.

-Que detalle fue más significativo.?

– Empecé con una caja plástica de esas que uno compra en Walmart. Me compré en Amazon un termostato y me adquirí una lámpara de calor para de reptiles. De esas de luz negra, que lo que hacen es emitir calor y no luz. Enchufé todo lo que compré y metí mi queso, ohhh sorpresa. Cuándo yo piqué mi queso Palmita y nuevamente me salió tal como debe ser y me refiero a los huecos del queso, ese detalle fue un logro inmenso, una gran alegría. De allí intenté mejorar la caja de maduración, me dijeron que el plástico esto y aquello, así que me compré una lámina de aislamiento. De esas que se usan aquí, y ahora la uso no solo para los quesos sino para levar mis masas. También hago pan de jamón, todos allí crecen las masas, se fermentan. Allí hago yogures ha sido la gran maravilla.

-Entonces valió la pena contactar a los Quesenses.

– En ese Chat aprendí a hacer queso semiduro, queso duro, el tipo Palmita, también logré hacer el queso de mano, que no me costó tanto porque ya había intentado con el queso mozzarella y había perdido tanta leche. Entiendo que la teoría que aprendí allí en el grupo de los “Quesenses” fue los más enriquecedor del grupo. Uno entiende que cosa es el mundo de los quesos, y en un primer momento supone que hacer quesos es con una receta. Resulta ser que hacer queso es un laboratorio y debes entenderlo de esa manera para poder lograr tu producto final.

-Y por qué lo comparas con un laboratorio?

-Porque en el producto final influye en forma determinante la leche que usas. Si estas usando leche cruda, si es invierno, o si es verano, si a las vacas le dieron un alimento diferente, o si los cambiaron. Si compraste una marca de leche, cada marca de leche tiene una pasteurización diferente, en fin, aprendí que no es solamente el hecho de ver la receta sino, es ver en tu laboratorio, en tu cocina con los ingredientes que tu consigues en tu área con la orientación de la receta es que vas a obtener lo que tú quieres.

-Entonces que fue lo más enriquecedor de tú experiencia

– Un día yo escribí en el grupo de los Quesenses que lo enriquecedor de nosotros en ese grupo no es que compartimos recetas, sino que compartimos experiencias. Compartimos los resultados de ese laboratorio en que se convierte nuestra cocina, por decir, yo sigo la receta tipo Palmita y no me salió. Entonces lo hice la segunda vez y tuve que variar algo, entonces yo comparto mi proceso, como fue que obtuve ese resultado. De la misma manera leyendo como cada uno obtuvo su producto final, uno que lo logró haciendo el queso en salmuera, y otro lo hizo con sal directa. Quien aconseja que no usar sal yodada, que usé sal yodada y me salió bien, ese compartir de cada experiencia lo que enriquece tanto ese grupo de Quesenses. También lo desprendido de compartir ese conocimiento. Es increíble, porque lo hacemos desde el corazón porque para mí, verle la expresión en la fotografia de esa cara de quién llega al grupo y logra obtener su primer queso con ese sabor que le recuerda a su tierra, no tiene precio.

-Es una actividad adictiva por lo visto.

– Una vez que comienzas a hacer queso, eso no tiene fin, es como una bola de nieve. Te compraste el cuajo, luego el cloruro de calcio, y para prensar el queso usas cualquier cosa. Pero después tienes que hacer una prensa, después de mi caja de maduración vino mi prensa. Yo me hice dos diferentes, una la hice para controlar la cantidad de peso que debo ponerle al queso y la otra más pequeña, para usarla cuando hago poco peso.

-Y como fue el paso para hacerte youtuber? 

– Quise compartir mi experiencia al hacer la prensa, y fue el primer video que hice para difundir y orientar a la gente en como hacer la prensa, y así fue que quise compartir mi experiencia. Explicar cómo lo logré, y que cosa no deberían hacer. Luego hice mi receta del Palmita, después compartí mi receta de golfeados. Muy lamentablemente el tiempo apremia y publicar un video lleva tiempo, porque solamente no es grabarlo, después hay que editarlo. Tengo por lo menos 5 videos grabados que no he logrado editarlos para subirlos a YouTube, en ellos explico cómo lograr la quesadilla y el queso semiduro.

Nuevos retos por emprender…

-Pasando la página de los quesos venezolanos, me atreví, y me dije porque no hacer un queso Cheddar. Aún lo tengo en maduración porque lo hice en enero y va a estar listo en abril. Logré elaborar también un queso Gouda que me quedó cheverisimo. A este lo abrí hace como dos semanas, porque su maduración no era tan larga. Entonces hice el segundo porque quedo muy muy bueno, de forma tal que el queso forma parte de mi arte culinario, disfruto mucho hacerlo. Luego comerme el producto final, y compartir el producto final. Fíjate que yo no vendo quesos, yo elaboro quesos para mí y para mi familia. Le he enviado quesos a amigos, que están en otros lugares aquí en los EEUU, y escuchar decir que tenían cinco años que no me comía un golfeado con queso, es algo que me los hace muy felices. No tiene precio escuchar que digan, me has hecho recordar a Venezuela Oír esas historias de mis compatriotas y que sea yo quien logró poner ese granito de arena para contribuir en esa felicidad, ese es mi recompensa.

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