Su nombre real es Stephanie Clifford y es una figura destacada en la industria del porno. Obtuvo premios por su actuación y dirección, pero su relación con el ex presidente la convirtió en una celebridad
Este jueves el ex presidente Donald Trump fue declarado culpable de 34 cargos de falsificación de documentos comerciales. Esta sentencia está ligada al reembolso otorgado a su ex abogado, Michael Cohen, por los pagos efectuados para silenciar a Stephanie Clifford, conocida en el cine para adultos como Stormy Daniels.
La sentencia se centra en los pagos realizados a Daniels poco antes de las elecciones presidenciales de 2016. Estos pagos tenían como objetivo encubrir una relación sexual que Daniels afirma haber tenido con Trump en 2006. Este último lo niega categóricamente. Según Daniels, el encuentro ocurrió en el hotel de un complejo de golf en 2006, que detalló durante el juicio.
Comenzó a trabajar como bailarina exótica durante su adolescencia para ayudar a mantener a su familia. Eventualmente, se mudó a California, donde inició su carrera en el cine porno en 2000 con la productora Wicked Pictures, con la cual tuvo una carrera prolífica. Kelly Roberts, experta en cine para adultos, declaró a la BBC que fue “una pionera en esa industria”.
Eligió el nombre artístico de Stormy Daniels, sacado del nombre que el bajista de la banda de rock, Mötley Crüe, Nikki Sixx, le puso a su hija, y de su bebida alcohólica favorita, el whisky Jack Daniel’s.
En 2004, Daniels empezó a dirigir películas pornográficas y también trabajó como guionista, obteniendo varios premios de la revista Adult Video News (AVN), considerados los equivalentes de los Oscar en la industria pornográfica. En 2014, su nombre fue añadido a los salones de la fama de la revista AVN y de la organización X-Rated Critics Organization.
A pesar de su carrera en el cine para adultos y la controversia pública, Daniels también intentó incursionar en política. En 2009, anunció su candidatura para disputar un escaño en el Senado de los EEUU, actualmente ocupado por el senador republicano David Vitter, quien enfrentaba acusaciones por tener relaciones con una prostituta. Sin embargo, sus aspiraciones políticas se truncaron tras ser detenida por un incidente de violencia doméstica con su entonces esposo, Mike Moz.
Stormy Daniels ha estado casada en cuatro ocasiones: con Pat Myne, Mike Moz, Glendon Crain, y Barrett Blade, con quien contrajo matrimonio en 2022. Es madre de una hija y ha hablado públicamente sobre su infancia difícil en su libro, donde relata experiencias de pobreza y abusos sexuales, incluyendo un incidente a los nueve años.
El cineasta Judd Apatow, quien le dio papeles en dos de sus películas, expresó al New York Times: “Es una mujer de negocios muy seria y una cineasta que ha tomado las riendas de su carrera”, subrayando así la capacidad de Daniels para manejar su carrera en el entretenimiento para adultos.
La trayectoria de Stormy Daniels en la industria pornográfica ha sido significativa, acumulando numerosos premios y reconocimientos por su actuación y dirección. Sin embargo, ha sido su relación con Donald Trump y la controversia subsecuente lo que la ha puesto bajo los focos a nivel mundial, configurando una narrativa que va desde sus comienzos humildes en Luisiana hasta ser una figura polémica en el panorama político y mediático de Estados Unidos.
El caso Trump
Clifford asegura que conoció a Trump en 2006 durante un torneo de golf en Lake Tahoe, Nevada, donde mantuvieron una relación íntima. Según Daniels, Trump le prometió incluirla en su programa televisivo El Aprendiz a cambio de esta relación, promesa que no se cumplió.
En una entrevista con la cadena CBS, Daniels relató que en 2011 negoció para contar su relación con Trump a la revista In Touch por USD 15.000, pero el acuerdo se vino abajo tras una amenaza de Michael Cohen, abogado de Trump. La relación con Trump, según Daniels, tuvo repercusiones en su vida personal y profesional, incluyendo el divorcio de su tercer esposo, Glendon Crain.
Cohen, ex abogado personal de Trump, tuvo un papel crucial al facilitar estos pagos. Fue Cohen quien entregó dinero a Daniels a cambio de su silencio, hecho por el cual también enfrentó problemas legales. Esta operación fue posteriormente registrada en los libros contables de la empresa de Trump de una manera que, según el tribunal, constituye falsificación de documentos comerciales. “Estos pagos fueron reportados como honorarios legales, cuando de hecho eran reembolsos por un pago ilícito”, explicó un representante legal.
Dinero a cambio de silencio
La controversia alrededor de Stormy Daniels y Donald Trump se intensificó en enero de 2018, cuando, de acuerdo con informes del Wall Street Journal, la actriz habría recibió un pago de 130.000 dólares, este dinero tenía el propósito de evitar que Daniels divulgara información que podría haber comprometido la campaña presidencial de Trump en 2016.
En marzo de 2018, Daniels detalló en su documental “Stormy”, estrenado en la plataforma Peacock, que aceptó el pago para proteger a su familia, específicamente a su entonces esposo y su hija. Según declaró en el documental, “estaba completamente segura de que iba a morir”, lo que evidencia el nivel de amenaza que sintió en ese momento.
Los fiscales de Nueva York argumentaron que Trump buscaba socavar la integridad de las elecciones de 2016 al suprimir información negativa. Los documentos de la acusación afirman que Trump habría “falsificado repetida y fraudulentamente los registros comerciales” para ocultar conductas delictivas que podrían haber perjudicado su imagen pública durante las elecciones.
Además de su presencia en el documental, Daniels publicó un libro en 2018 en el que ofreció detalles explícitos sobre su supuesto romance con Trump. El objetivo de la publicación era respaldar su versión de los hechos y demostrar la veracidad de su relato. Según su entonces abogado, el libro tenía la intención de demostrar que la historia de Daniels sobre haber tenido relaciones sexuales con Trump es cierta.
El libro de Daniels no solo abordó su relación con Trump, sino que también proporcionó detalles sobre su vida personal. Estos aspectos hacen que su testimonio y las circunstancias de su acuerdo con Trump sean aún más complejos y atrayentes para el público.
La revelación en el documental de Peacock subraya la gravedad de la situación desde la perspectiva de Daniels, quien sintió que el aceptar el pago era una cuestión de supervivencia. “Que hubiera un rastro de papeles y de dinero que me vinculara a Donald Trump”, fue uno de los puntos fundamentales para aceptar el acuerdo, según sus declaraciones en el documental.
Foco de amenazas
Daniels, había demandado a Trump buscando anular un acuerdo de silencio previamente firmado por ambos. Sin embargo, esta querella fue desestimada y el juez ordenó a Daniels pagar casi 300.000 dólares por costos legales incurridos por Trump.
Desde que su supuesta relación con Trump salió a la luz, Daniels ha sido blanco de múltiples amenazas. En una entrevista concedida a Piers Morgan el año pasado, Daniels dijo que las amenazas tienen ahora un carácter mucho más “específico y gráfico”. Según Daniels, los partidarios de Trump están “mucho más apasionados” y “entusiastas” con sus apremios, y sienten que están actuando de manera patriótica. “Son mucho más apasionados, supongo que es una buena palabra. Entusiastas con sus amenazas. Y no se esconden. Y sienten de verdad que están haciendo algo bien. Que ellos son los patriotas”, declaró Daniels en su entrevista.
El juicio y la condena de Trump marcan un momento significativo en la historia política de Estados Unidos, siendo uno de los primeros casos de un ex presidente enfrentando cargos criminales. La fiscalía presentó pruebas que demostraban cómo los registros financieros fueron manipulados para disfrazar los pagos. La manipulación de estos registros fue esencial para mantener la apariencia de legalidad en las cuentas de la organización Trump.
La fiscalía argumentó que estos actos eran parte de un intento por influir en las elecciones de 2016, sugiriendo que el encubrimiento del supuesto romance tenía la finalidad de proteger la imagen de Trump ante el electorado. Este punto fue uno de los más debatidos durante el juicio, con la defensa de Trump insistiendo en que los pagos eran una cuestión personal y no política y, por lo tanto, no violaban ninguna ley electoral. Trump siempre ha mantenido su inocencia en este asunto.
El veredicto ha sido duramente criticado por algunos aliados de Trump, quienes lo ven como un esfuerzo concertado para debilitar su influencia política. “Esto no es justicia, es una caza de brujas”, afirmó un portavoz de la campaña de Trump. Sin embargo, desde el lado opuesto, existen voces que consideran la condena como un paso necesario para mantener la integridad del sistema democrático y asegurar que nadie, ni siquiera un expresidente, esté por encima de la ley.
El proceso judicial aún no ha llegado a su fin, ya que se esperan apelaciones y potenciales nuevos desarrollos. Esta situación mantiene a la opinión pública y a los analistas en vilo, atentos a cada movimiento en este complicado y polémico caso. La sentencia no solo afecta a Trump como individuo, sino que también tiene profundas repercusiones en el escenario político estadounidense y sus futuras elecciones.