A nadie debe extrañarle que si alguien nace a pocos marullos de un lago “allí no se bañaron las musas prepotentes de Vásquez y de Pérez , de Yépez y Baralt”, como lo retratara en su “Maracaibo Florido” otro grande de nuestras letras: Rafael Rincón González, le haga honor al viejo adagio: “de músico, poeta y loco todos tenemos un poco”.
Sin embargo, resulta excepcional ( y es el caso que nos ocupa) que quien ha enaltecido nuestro gentilicio con laureadas composiciones (el himno de Corpozulia, entre muchas otras) haya logrado mantener, casi oculto, bajo el ropaje de la humildad personal sus excepcionales dotes de poeta.
Estas líneas aspiran ser el pago de la cuota inicial de la deuda de gratitud que tenemos los miembros de la grey zuliana con Fernando Mavarez, el Poeta de Veritas, “quien inspira nuestro orgullo al sentirnos maracuchos” como el regionalista José “Chinco” Rodríguez.
Tiene la palabra Fernando Mavarez, El Poeta de Veritas:
“Estábamos reunidos un grupo de gaiteros en un kiosquito detrás del Teatro Avila, donde vendían frituras y era atendido por su dueño, el guajiro Alberto.
Algunos clientes protestaron por la calidad de las frituras.Cuando se marcharon lancé al aire este verso:
- Las empanadas de Alberto
- han causado sensación
- con guiso de pimentón
- poca carne y mucho viento.
A lo que ripostó Eurípides Romero:
- porque él en todo momento
- se aprovecha del huevón.
Fernando:
- A veces vende bollitos
- por fuera bien adornados
- y por dentro están soplados
- igual que los pastelitos
Eurípides:
- Alberto, déjate de eso
- Fernando te aconsejó
- cuando un cliente reclamó
- por un tequeño sin queso
Fernando:
- Alberto se da el postín
- en esquina veritera
- de estafar la cuadra entera
- Incluyendo a Chiquitín.”
Eurípides Romero, el insigne compositor gaitero, con una sonrisa dió por terminado el amigable cotrapunteo. Con un abrazo a su contrincante verseador lanzó a los cuatro vientos:
vos sois ¡El Poeta de Veritas!
Así se le reconocerá por ¡saecula saeculorum¡
La gráfica tenía que ser de Gustavo Baüer.
P.D. Chiquitín era un negrito,muy alto que por las ironías del hablar de nuestra gente, le encasquetaron el referido mote.