En la ciudad de El Callao, en el sur de Venezuela, decenas de niños cambian la escuela por minas a cielo abierto en busca de oro que ayude a aliviar la pobreza de su familia. Según activistas de derechos humanos, excavar la tierra comienza como un juego, pero rápido se transforma en explotación. Datos de una universidad local apuntan que unos 1.000 menores trabajan en los yacimientos de esta región del país.
MAGDA GIBELLI (AFP) YRIS PABLO (AFP)
El Callao (Venezuela)
Sentados en charcos de lodo, tres menores mueven bateas -bandejas de madera utilizadas en la minería artesanal- en busca de pepitas de oro que se adhieren al mercurio, contaminante y nocivo para la salud. Imagen tomada en una mina a cielo abierto en la comunidad de El Perú, en El Callao, en el Estado venezolano de Bolívar, el 2 de septiembre de 2023. En esta ciudad, la extracción de oro comienza como un juego entre los pequeños, pero pronto puede convertirse en un trabajo a tiempo completo que, según activistas de derechos humanos, representa una explotación infantil. YRIS PAUL (AFP)
Carlos Trapani, coordinador general de la ONG local Cecodap, defensora de los derechos de niños y adolescentes, explica que el trabajo infantil en las minas del sur de Venezuela se desarrolla bajo «las peores condiciones». «Han normalizado condiciones en las que los niños están evidentemente en riesgo, no solo de accidentes o enfermedades endémicas, sino que también son vulnerables a otras formas de violencia como explotación y abuso sexual», denuncia. Un millón de niños trabaja en estas minas en esta zona, según cifras de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB, privada). En la imagen, uno de estos menores busca oro en el lodo, junto a un par de botas de goma y otras herramientas utilizadas en esta mina a cielo abierto de El Callao, Estado de Bolívar, el 2 de septiembre de 2023. YRIS PAUL ( AFP)
En El Callao, se escucha todo el día el estruendo de molinos que trituran piedras para buscar oro. Los niños que buscan el metal preciado a menudo no saben leer, pero sí detectan con rapidez trazas doradas en la tierra. Buscar oro en los polvorientos asentamientos de este pueblo del Estado Bolívar es para muchos una cuestión de supervivencia, denuncian activistas de derechos humanos. MAGDA GIBELLI (AFP)
Gracias a su pequeño tamaño, los chicos se encargan de medir en hoyos para picar. Trabajan en cuclillas, sin camisa y rodeados de barro buscando oro para luego venderlo. Imagen tomada en una mina a cielo abierto en la localidad de El Callao, Estado Bolívar. MAGDA GIBELLI (AFP)
Con cubetas metálicas, los chicos arrastran primero los pozos para evitar que se inunde con agua. Cuando está casi seco comienzan a sacar tierra y piedras buscando oro. En la imagen, un minero camina, bajo el intenso sol y con la espalda doblada por el saco que lleva a cuestas, hacia otro pozo cercano. MAGDA GIBELLI (AFP)
Un niño minero venezolano muestra una bola de mercurio que se utiliza a diario para separar el oro que se encuentra entre charcos de lodo en una mina a cielo abierto para luego ser procesado a mano en un molino en El Callao, estado Bolívar, Venezuela, el 27 de agosto de 2023. MAGDA GIBELLI (AFP)
Un descarga una bolsa de lodo en un contenedor de madera utilizado para colar y lavar el barro en niño busca de oro en esta mina a cielo abierto del sur de Venezuela. «Yo prefiero sacar oro que ir a la escuela, mi papá dice que el dinero está en el trabajo», cuenta uno de estos niños a la AFP. MAGDA GIBELLI (AFP)
Un niño camina por el bosque, cerca de la mina El Perú, en el sur de Venezuela. Activistas y ambientalistas denuncian un «ecocidio» por la explotación minera en esta región, así como la presencia de guerrilleros, paramilitares y narcotraficantes. «Me ha dado miedo cuando se arman los tiroteos y hay muertos, yo he estado trabajando y pasan cosas así», explicó a la AFP Gustavo, un niño minero de 11 años. YRIS PAUL (AFP)
Jóvenes mineros venezolanos trabajan en una mina a cielo abierto en busca de oro. «El otro día agarré una grama (1 gramo, equivalente a 50 dólares)», cuenta uno de estos menores a la AFP. El chico trabaja en la mina desde los seis años y no va a la escuela. «Ese dinero se lo doy a mi mamá para que compre comida y algunas veces nos compra algo a nosotros». ONG afirman que muchos niños han comenzado a trabajar en las minas debido a la grave crisis económica que golpea al país. La pandemia de coronavirus agravó aún más la pobreza y el absentismo escolar en la zona. MAGDA GIBELLI (AFP)
Un minero venezolano con una camiseta con la imagen del «Tío Sam» excava buscando oro, que luego será vendido en pueblo de El Callao, Estado de Bolívar (sur de Venezuela). MAGDA GIBELLI (AFP)
Un hombre adulto trabaja, doblado en dos y con la única ayuda de una barra, en un yacimiento a cielo abierto del sur de Venezuela. Responsables de la ONG Cecodap afirman que las dificultades económicas también han hecho que los adultos cambian de vida y «migren» a las minas de la zona. MAGDA GIBELLI (AFP)