La medida se extiende a las páginas que no incluyan contenido violento dado que desde agosto considera a estas comunidades como un riesgo público.
Facebook cede a las presiones para acabar con las teorías conspiranoicas pro Trump y ha anunciado que eliminará todas las páginas de QAnon de su plataforma. La plataforma de medios sociales más grande del mundo explicó a última hora de este martes que había actualizado sus políticas para prohibir páginas y grupos que representan a este movimiento, así como sus cuentas en Instagram. La plataforma Reddit ya había prohibido QAnon en 2018. A principios de verano fue el turno de Twitter. Tan solo dos meses atrás, Facebook no tenía ninguna política sobre QAnon. Hace más de un año que el FBI considera a QAnon y otras teorías conspirativas marginales como una amenaza de terrorismo doméstico al considerar que las teorías de conspiración tienen el potencial de alentar “tanto a grupos como a extremistas individuales a llevar a cabo actos criminales o violentos”.
Este cambio por parte de Facebook se debe a las constantes críticas que ha recibido la compañía por actuar de forma demasiado lenta a la hora de responder a la amenaza planteada por QAnon o por contribuir, incluso, a su crecimiento dirigiendo a los usuarios hacia sus páginas y contenidos en sus algoritmos de recomendación.
“En el primer mes, eliminamos más de 1.500 páginas y grupos de QAnon que mostraban contenido potencialmente relacionado con la violencia y más de 6.500 páginas y grupos vinculados a más de 300 movimientos sociales militarizados”, ha informado la compañía en su comunicado. Esta primera medida, tomada en agosto, fue criticada en su día por su tibieza.
Facebook se esforzó a partir de entonces por mostrar su preocupación por esta conspiranoia y por su utilización cada vez más recurrente del tema de la seguridad infantil y etiquetas como #savethechildren. Sin embargo, han añadido que creen que los esfuerzos llevados a cabo hasta el momento “deben ser fortalecidos cuando se trata de QAnon”.
Y es que Facebook es el principal soporte para la propagación de sus ideas. La comunidad de QAnon explotó en Facebook en 2020 tras superar los cuatro millones de seguidores y miembros en agosto, frente a los tres millones del mes de junio, según una investigación del diario británico The Guardian.
Una historia delirante
QAnon nació a finales de 2017 cuando un usuario llamado Q, quien aseguraba ser un empleado federal, publicó un post en el foro de extrema derecha 4chan en el que afirmaba tener acceso a información clasificada del Gobierno de Estados Unidos sobre la supuesta detención de Hillary Clinton. Aseguraba que existía una supuesta élite pedófila mundial formada, entre otros, por George Soros, los Rothschild y Angela Merkel (que en realidad es la nieta de Adolf Hitler). En la malévola red militan también destacados demócratas, actores de Hollywood e incluso el papa Francisco.
Donald Trump cuenta con un papel mesiánico, dado que es la figura que está intentando acabar con esta trama dedicada a traficar con niños, que son violados y asesinados en ceremonias secretas. El lema de QAnon es Donde va uno vamos todos viene de la película Tormenta blanca, de Ridley Scott de 1996. De la misma película procede también otra expresión central: “La calma antes de la tormenta”.
Este presunto empleado federal no era el primero que publicaba presuntas informaciones clasificadas en el grupo 4chan. Antes que él lo habían hecho otros usuarios como CIAAnon o FBIAnon. Pero Q, por su tono críptico y dramático o por los datos que aportaba recibió, de algún modo, más atención.
La base ideológica de QAnon está en la trata infantil en beneficio de un grupo de poderosos que dirigen el mundo y a los medios de comunicación desde un despacho secreto (y de la que Donald Trump y un selecto grupo de militares quiere liberarnos).
Por eso, la creación de QAnon tuvo un prólogo aún más llamativo llamado Pizzagate. Durante la campaña electoral de 2016, una operación rusa filtró los correos electrónicos de John Podesta, jefe de campaña de Clinton. Muchos se lanzaron a analizar los mensajes en busca de claves o delitos. Y patrones: apreciaron que los correos sobre comida debían usar un lenguaje en código que ocultaba terribles prácticas sexuales. Podesta hablaba de cheese pizza, que tiene las mismas iniciales que child pornography. Y citaba también a una pizzería de Washington, Comet Ping Pong.
Los conspiranoicos llegaron a la conclusión de que en el sótano de esa pizzería alguien regentaba un prostíbulo infantil para los ricos y poderosos. En diciembre de ese año, un joven de 28 años se levantó un domingo en un pueblo de Carolina del Norte, hizo más de 500 kilómetros hasta la capital acompañado de su fusil, y entró en Comet Ping Pong, lleno de familias con niños. En vez del esperado prostíbulo encontró el típico almacén de un restaurante con latas de tomate y harina. Se entregó tras admitir que “la inteligencia no era 100% fiable”. Fue condenado a cuatro años de cárcel.
Publicado en El Pais