Un video hecho público por ‘InSight Crime’ revela reuniones entre narcos y un miembro de la familia presidencial para ayudar a Castro a ganar las elecciones en 2013. La presidenta condenó “todo tipo de negociación entre narcotraficantes y políticos” y denunció un supuesto golpe de Estado en su contra
Carlos Zelaya es hermano del expresidente hondureño Manuel Zelaya, quien fue depuesto del poder por un golpe de Estado, detenido por el Ejército y expulsado a Costa Rica en 2009. La investigación de InSight Crime narra que Carlos Zelaya se reunió con “algunos de los más grandes narcotraficantes de Honduras”. Según el reportaje, un video de 34 minutos grabado desde una cámara espía escondida en el reloj de uno de los narcotraficantes, revela “imágenes y audio lo suficientemente claros” que “muestran a los traficantes recordando contribuciones pasadas, presuntamente pagadas al expresidente Mel Zelaya, esposo de Castro, hermano de Carlos, y fundador del Partido Libre”. Luego, continúa la investigación, “deciden cuánto van a darle entre todos a Mel, un monto que confirman con Zelaya cuando este llega, antes de decidir cómo y cuándo entregar el dinero. Carlos también negocia con los traficantes el alquiler de hasta 10 vehículos para que el partido los usara durante la campaña”.
El cuñado de la presidenta admitió que viajó hasta San Pedro Sula, ciudad industrial localizada al norte del país, invitado por un “grupo de empresarios” y habló con los traficantes, según InSight Crime. “No es claro qué fue lo que llevó a la confesión de Zelaya, pero la sorprendente admisión llegó poco después de que InSight Crime hablara con una persona que estuvo en la reunión. Aun así, Zelaya, que también anunció su renuncia al Congreso, afirmó que solo conocía a una de las personas en la reunión. Además, negó haber recibido dinero de los narcotraficantes”, informa el medio en su reportaje.
La presidenta Castro convocó la noche del martes a una cadena nacional de radio y televisión para reaccionar a la investigación periodística y denunció un supuesto plan para dañar su imagen y golpear al Ejecutivo que encabeza. “El plan para destruir mi Gobierno socialista, democrático y el próximo proceso electoral, está en marcha, las mismas fuerzas oscuras internas y externas de 2009, con la complicidad de la mediática corporativa nacional e internacional, se están reorganizando en nuestro país para asestar un nuevo golpe de Estado, que el pueblo debe repeler”, ha dicho la mandataria.
Castro ha asumido un país hundido en la violencia causada por las sanguinarias pandillas que controlan vastas regiones y que mantienen estrecha colaboración con agrupaciones del narcotráfico. La presidenta había prometido tomar “medidas drásticas” para luchar contra la violencia que desangra a su país y anunció el pasado verano una ofensiva policial y militar contra las pandillas similares a las duras medidas tomadas por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en su guerra contra esas agrupaciones criminales, que han generado fuertes críticas de organizaciones de derechos humanos. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) alertó en mayo pasado al Gobierno sobre el estado de excepción: “La seguridad no puede estar en manos del Ejército”.
La reacción de la presidenta se da en medio de relaciones tensas con Estados Unidos, tras una serie de comentarios de la embajadora de ese país en Tegucigalpa, Laura Dogu, quien acusó de “narcotraficantes” al jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Roosevelt Hernández, y al exministro de Defensa José Manuel Zelaya, hijo de Carlos Zelaya y sobrino de la presidenta, quien dimitió la semana pasada por los supuestos lazos de su padre con narcotraficantes. La presidenta Castro ha tensado más la cuerda con Washington tras decidir terminar el pasado miércoles con el tratado de extradición bilateral que mantenía con EE UU.
La revelación de InSight Crime abre muchos cuestionamientos sobre la influencia de los narcotraficantes en el Ejecutivo de Castro, quien asumió el mando del país tras el controvertido mandato del expresidente Juan Orlando Hernández, condenado por un tribunal de Nueva York a 45 años de cárcel por narcotráfico. “El video es otra sorprendente prueba de la profundidad de la infiltración de los narcotraficantes en la clase política de Honduras. Confirma las antiguas sospechas de que el actual partido de Gobierno de Honduras, al igual que políticos como Hernández, no fue ajeno a la influencia del dinero del tráfico de drogas justo en el momento en que se intensifican las campañas para las elecciones de 2025″, analiza el reportaje de InSight Crime, firmado por los reporteros Jeff Ernst y David C. Adams.
El video, cuentan los periodistas en el reportaje, comienza con varios hombres conversando en la sala de una lujosa mansión. “Fue grabado en noviembre de 2013. En ese momento, Devis y Javier Rivera lideraban Los Cachiros, el más infame grupo de narcotraficantes del país, pero enfrentaban una ofensiva sin precedente de las fuerzas de seguridad en casa y en el extranjero. Hacía poco que Honduras había aprobado una reforma constitucional que allanó el camino para que sus ciudadanos fueran extraditados por acusaciones de narcotráfico”.
Así explican los periodistas cómo consiguieron la filmación: “En septiembre de 2013, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos sancionó a los Cachiros, y poco tiempo después, Honduras incautó millones de dólares en presuntas propiedades del grupo. Previendo una futura acusación por parte de Estados Unidos, y buscando poder negociar un posible acuerdo de cooperación con los fiscales norteamericanos, los hermanos Rivera comenzaron a grabar sus reuniones con narcos y políticos a través de cámaras espía”. InSight Crime recibió una copia del video en el que aparece Carlos Zelaya de una fuente “que pidió permanecer en el anonimato” y confirmó su autenticidad con otras fuentes que conocían ese documento. El video muestra que el familiar de los Zelaya pudo haber recibido más de medio millón de dólares de los narcotraficantes, a pesar de que él lo ha negado. “Toda la ayuda que le vamos a dar va para Mel… el compromiso con nosotros es Mel”, afirma uno de los narcos.