Tercera Carta al 2021.
La Certeza
Milagros tomó con firmeza la inyectadora contentiva de la medicina que me correspondía esa hora de la tarde. Buscó con precisión quirúrgica la ruta de la vía en mi mano izquierda y desplazo su contenido al interior de mi cuerpo con una calma de centurias y una certeza demoledora. En 20 cc de solución fisiológica y dexametasona viajaban raudos los elementos reparadores para mi salud.
Como su pasaporte expreso, todo ese envío lo guiaba la mano certera de la mujer que ama todos mis días. Su rostro severo y amoroso revelaba la importancia que ella le acredita esta tarea. La enfermera no regresaría por la tarde (es lo justo) y ella, como una campeona de la solidaridad tomó su sitio. Completó el resto de las rutinas médicas y concluimos con toda la ingesta de vitaminas, fármacos, ejercicios de respiración. Fue el fin de la jornada.
Para este momento las tareas de supervivencia estaban completadas y optamos por el sueño reparador que deben ser por lo menos unas siete horas cada noche. Por pura curiosidad conservo sobre mi mesa de trabajo una cajita del medicamento estrella de esta jornada. El caballero baila pegado con la dexametasona y otras joyas del jet set de la farándula farmacéutica. Elegantemente vestido de verde rojo y blanco se hace llama Remdisivir for injection. Sus datos filiatorios lo describen como (Lyophilized for use IV only single vial), hay que proteger que la temperatura de su entorno no supere los 30 grados centígrados, y no puede ser administrado sin la supervisión de un médico tratante. No hay un ser humano en todo el planeta que no sueñe con él. Soy un hombre afortunado en grado sumo, y debo dar gracias a Dios y a mis amigos.
Esos datos fueron mi dosis de certeza de ayer. Pero por más que le pienso aprecio que no fue lo suficiente. Aunque la elaboran con todo el rigor científico posible en un distante sitio de la India, Nag Kalam, Amristar, y me aseguran acerca de sus virtudes curativas, no termina por ser la experiencia concluyente para abandonar los riesgos de la crisis que nos afectó durante los últimos 15 días. Hace falta más, y estoy convencido que la mano firme de Milagros administrando la medicina era la otra parte de la ración médica espiritual que hace falta para que todo sea más efectivo. Para seguir adelante es vital concebir desde nuestro interior que lo que estamos haciendo es lo necesario y el único recurso. Algo divino, holístico, mágico, científico, cuántico, o como mejor te resulte.
Poseer certezas como si fueran ahorros para un futuro incierto en este momento, además de inútil, no es suficiente y es un acto de ceguera convenida. El covid-19 nos demostró la inutilidad de ese argumento y nos sugiere que son otras las rutas por indagar. Desde hace algunos años participo en un saludable ejercicio de trabajo en mi organización laboral que nos permitió sortear la ola de esta crisis económica. Hemos fundamentado toda iniciativa en nuestra política de gestión operacional, desde la óptica de la psicología positiva. Partimos de nuestra experiencia más exitosa y gratificante para prescindir de aquellas que no lo fueron tanto. Eso nos permitió a lo largo de más de 15 años construir una narrativa propia que identifica todas nuestras vivencias y nos permite significarlas con nombre propio. Decidimos estar más cerca del éxito, que del fracaso y replicar solo aquellas cosas que nos llevan al logro de nuestras metas y propósitos. Un lenguaje más académico y respetuoso nombra ese ambicioso ejercicio; como La Intervención Apreciativa y es todo un modo de estudio organizacional que comporta muy buenos resultados. Puedo dar fe de ello.
El señor COVID-19 nos puso en posición de cuestionar todo lo que hemos hecho hasta este momento sin los resultados esperados. Ya sabemos de sobra lo que significa la dolorosa experiencia política de nuestros ciudadanos a lo largo de estos 20 años. No es que no tuvieron forma y valor, todo lo contrario, fueron un espectacular sacrificio de civilidad, de entrega y arrojo en la exhibición de la dignidad integrado a nuestro ADN democrático. De eso no hay duda. El adversario es muy poderoso y se aprovechó todo este tiempo de nuestras parálisis de pensamiento.
Entre las cosas por construir con urgencia (a mi convaleciente criterio) está el de elaborar una narrativa que emocione y convenza. No podemos seguir ocupando la tribuna de los llantos plañideros, ni los coros salpicados de épica guerrera, ruidosa y hueca. De eso habrá que rescatar la fuerza que nos da para ir hacia adelante, pero debemos convencer a nuestros ciudadanos de que la hora de organizar nuestros esfuerzos de una manera más eficiente nos llegó. Empecemos por vestir una saya de humildad y prescindamos de las certezas heredadas. Aquí nadie sobra, pero tampoco hay tampoco presencias imprescindibles.
Margaret Heffernan es una autora británica de múltiples libros sobre este tema y en uno de ellos nos indica que esa es la principal lección de la pandemia de covid-19. Ella nos recuerda que la vida es incierta, y que, si esperamos por el auxilio de la certidumbre, siempre llegaremos demasiado tarde. Todo el país, todo el mundo, sólo mejorará en la medida en que todos mejoremos nos sugiere Heffernan frente a la pandemia. Lo más importante es que todos necesitamos adaptarnos. La paradoja es que entre más distantes estamos entre nosotros, más nos necesitamos. Nos necesitamos para no perder la esperanza, para darnos inspiración e ideas y para mantenernos motivados.
Ya va siendo hora de que la humanidad sea adulta y empiece a decidir qué cosas no puede hacer, asegura Margaret Heffernan en una amplia nota que publicó la BBC. Yo me animo por la ayuda que nos dará la esperanza y la fe, ese coctel de maravillas permitirá el verdadero renacer.
La mala hora
La hora de este domingo es ensombrecida por los primeros anuncios de la incompatibilidad de la vacuna rusa en los pacientes que han recibido las primeras dosis, México, Cuba, Nicaragua, Argentina y Venezuela nos suenan muy cercanos. Sobre el rigor científico se impuso la conveniencia política y se aceleraron algunas normas para dar prestigio político al esfuerzo de cada quien. Carajo que no aprenden. Putin utiliza la vacuna como un arma geopolítica en América Latina qué duda cabe.
Más letal que el COVID-19, a la humanidad entera nos resulta el virus del populismo. Esta amoral forma de gobernar mata más gente en el mundo con sus irracionales e imprecisas decisiones que todo el efecto del coronavirus. No es una ideología, es una estrategia de gobierno caracterizada por la irresponsabilidad más absoluta y demencial. Aspira el control total sobre tus certezas, cierra laboratorios, persigue científicos y periodistas, ignora riesgos, favorece negocios, y decreta que no hay peligro mediante un edicto por tv. El populismo mata la verdad y se inventa toda una oscura liturgia
Al termino del ciclo vacacional Maduro ordeno cerrar los terminales de pasajeros en todo el país y será muy difícil regresar para todo aquel que viajó fuera de su ciudad en esta pasada navidad. Los aeropuertos están cerrados al exterior y somos una isla de pura calamidad. No hay gasolina, la comida escaseara y la estructura de dominación aspira seguir intacta. Estos señores realmente nos desprecian, esa es su certeza.
Nosotros somos más y somos la esperanza.
Alfredo Alvarez
Enero 03 de 2021 El valle.