De las canteras de Carrara (Italia), emergieron estos atlantes – o sansones, como los llaman muchos maracaiberos- que reflejan el amor que desde siempre han sentido los zulianos por las manifestaciones artísticas.
Adquirieron carta de residencia en nuestra ciudad, a mediados del siglo XIX.
Cada uno pesa dos toneladas y media.
Valen lo que pesan; por que con el correr del tiempo dejaron de ser simples bases de la estructura de la Botica Nueva, para convertirse en sólidos soportes de la zulianidad.
Texto y foto: Manuel Eugenio Colina