El reo Walter Barton fue condenado a muerte aunque mantuvo su inocencia hasta el final.
Redacción | Agencias
El estado de Misuri llevó a cabo este martes la primera ejecución en Estados Unidos desde que empezó la pandemia del coronavirus al acabar con la vida de reo Walter Barton, que fue condenado a muerte por un asesinato cometido en 1991.
La última ejecución hasta ahora tuvo lugar en Alabama el 5 de marzo pasado y desde entonces tanto Texas como Tennessee pospusieron otras varias que tenían programadas durante el periodo que han durado las medidas para hacer frente a la pandemia.
A Barton, un hombre blanco de 64 años, le declararon muerto a las 18.10 hora local (23.10 GMT) tras recibir una inyección letal en la prisión de Bonne Terre -cercana a San Luis-, según notificó el Departamento de Correcciones de Misuri.
Sus últimas palabras antes de recibir la inyección letal fueron: «Yo, Walter ‘Arkie’ Barton, soy inocente y estáis ejecutando a un hombre inocente»
Lo cierto es que Barton mantuvo siempre su inocencia y para su defensa recibió el apoyo de los abogados de la organización Innocence Project, que tiene como objetivo exonerar de sus condenas a los reos que considera son erróneamente encarcelados.
«Es inaceptable que se haya permitido proceder con esta ejecución sin una revisión profunda de su inocencia», tuiteó la organización tras confirmarse el deceso del reo.
Barton fue condenado a muerte por el asesinato el 9 de octubre de 1991 en Ozark (Misuri) de Gladys Kuehler, una mujer de 81 años que operaba un complejo de casas móviles en el que el preso había vivido y solía pasar parte de su tiempo.
A la mujer la encontraron prácticamente desnuda, víctima de violencia sexual y con más de 50 heridas de arma blanca en su cuerpo.
Las miradas de las autoridades se fijaron rápidamente en Barton ya que hallaron en su ropa manchas de sangre de Kuehler que los investigadores asociaron con el apuñalamiento, aunque esta conclusión es la que ha cuestionado su defensa durante sus años en prisión.
La de Barton fue la primera ejecución del año en Misuri y la sexta en todo el país. Desde que la Justicia de Estados Unidos restituyó la pena de muerte en 1976, 1.518 personas han sido ejecutadas, 90 de ellas en Misuri.