Fiebre, desorientación, decaimiento fueron los síntomas que persistían en Walter Ladines Mazzini, de 88 años, a pesar de haber tomado un tratamiento que le recetaron para contrarrestar el coronavirus.
Su cuadro era desalentador ya que padece de artrosis e hipertensión, pero los cuidados de sus hijos y la fe superaron expectativas y logró levantarse con la aplicación de dos dosis de plasma de convaleciente, es decir de una persona que ya se recuperó del COVID-19.
Washington Ladines, hijo de Walter y médico hematólogo, explicó que pese a las recomendaciones de tenerlo en casa, de evitar que entren visitas y de que refuercen la bioseguridad, el virus ingresó al cuerpo de Walter y lo empezó a apagar.
El especialista contó que a pesar de que su padre reside en Playas y él en Guayaquil, se decidió aplicarle el último recurso para salvarle la vida a su progenitor: el plasma sanguíneo.PUBLICIDAD
Este tratamiento consiste en la extracción del plasma que contiene los anticuerpos de un paciente recuperado de coronavirus y se lo coloca a un paciente con gravedad, explicó el hematólogo del hospital Luis Vernaza, Brenner Sabando.
Él, junto con el equipo médico, trabajan con 22 pacientes que no han presentado reacciones adversas en ese hospital.
Este procedimiento también se realiza en otro centro privado de Guayaquil y de forma particular varios especialistas.
Ese fue el caso de Ladines que logró conseguir el donante de plasma para su padre gracias a colegas en una clínica.
“Mi padre ya estaba mal, me mandaban fotos. Ya había tomado azitromicina y fluimucil. Entonces conversé con mis colegas, les pedí que me ayuden a obtener plasma de convaleciente para mi padre y así fue. Logramos obtenerlo de los primeros recuperados por coronavirus. Se extrajo el plasma y lo envié a playas”, explicó.
Añadió que su hermano es tecnólogo médico y se encargó de suministrar las dosis. “Eso lo levantó a mi papi, al día siguiente él ya estaba conversando conmigo. También le habíamos aplicado suero. Le suministramos vitaminas a base de sus necesidades”, dijo.
Agregó que luego de tres días le colocaron una dosis más de plasma ya que empezó a perder peso debido a que no comía.
“Se le fue el olfato y gusto y él ya no comía y por eso empeoró el cuadro. Le dimos anabólicos, que son para pacientes con cáncer; un poco de corticoides; la otra dosis de plasma; solución salina con electrolitos. Ahora está completamente orientado, tenía sentido”, explicó.
Ladines detalló que este tratamiento funciona con éxito al inicio de un cuadro de gravedad, es decir, cuando el virus ya causa neumonía.
“En pacientes jóvenes, con síntomas leves, no es necesario aplicar este método. Esto es para pacientes con diabetes, hipertensión, cáncer u otra enfermedad catastrófica que estén iniciando la lucha con el coronavirus”, resaltó el experto.
Agregó que si el paciente está muy grave este tratamiento es poco funcional. “Si ya el paciente está con respirador, no responde, están comprometidos sus pulmones, es en vano. Esto se aplica apenas vean que empieza a saturar bajo”, dijo.
En eso coincide la doctora Wendy Villavicencio, quien estuvo a punto de perder a su padre Albenis Villavicencio Párraga, de 57 años.
Él trabaja para un centro de salud en el sur y empezó a sentir los síntomas a finales de marzo. “Primero fue a un médico a causa de su malestar, fiebre y tos. Le mandaron analgésicos, pero no mejoraba. Ya para el 30 de marzo le hicieron el hisopado y le salió positivo”, dijo.
Agregó que luego le hicieron radiografías y lo llevaron de emergencia apenas le faltó el aire. “Le hicimos un seguimiento adecuado, luego de unas horas de aplicarle el plasma se sintió bien. Ya le dieron el alta. Ahora se cuida mucho”, comentó ella. (I)
Costos
Médicos indicaron que el costo de este tratamiento es variable. Si se es afiliado puede ser sin costo y que de forma particular va desde los $300.
Tratamiento
La Agencia Reguladora de Medicamentos (FDA) de Estados Unidos aprobó esta técnica en casos graves de COVID-19 luego de haberlo usado en otras pandemias.